domingo, 17 de enero de 2016

CONTORNOS DE LA MANO

ACTIVIDAD 07: CONTORNOS DE LA MANO

 En clase.- 


Materiales:
- Lápiz 2B
- Sacapuntas
- Goma
- Cinta adhesiva
- Cronómetro


Tiempo:
Sobre 20 minutos.


1. Busca un lugar donde pueda estar solo y sin que te interrumpan durante unos veinte minutos, por lo menos. 
2. Pon si quieres un despertador, para no tener que preocuparte por el tiempo transcurrido, una tarea del hemisferio izquierdo.
3. Coloca un papel sobre la mesa y fíjalo con cinta adhesiva en una posición que parezca cómoda. Esto es necesario para evitar que el papel se mueva mientras dibuja. 
4. Vas  a dibujar tu propia mano -la izquierda si dibujas con la derecha, la derecha si eres zurdo-. Colócate de manera que la mano que sujeta el lápiz esté lista para dibujar sobre el papel. 
5. Vuelve la cara en dirección contraria, mirando a la mano que tiene que copiar. Apoye la mano en algún sitio, porque tendrás que mantener la misma posición durante bastante tiempo. Vas a dibujar tu mano sin poder ver lo que estás dibujando (vea la posición en la Figura). El mirar hacia otro lado es necesario por dos razones: primero, para enfocar toda la atención en la información visual, y segundo, para no dedicar ninguna atención al dibujo, lo cual podría dar suelta a los viejos patrones simbólicos aprendidos en la infancia acerca de «cómo dibujar manos». Sólo debe dibujar lo que ve (a la manera espacial del modo-D) y no lo que sabe (a la manera simbólica del modo-I). Volver la cabeza es necesario porque el impulso de mirar el dibujo es casi irresistible al principio. Si dibujaras en la posición normal, aún diciéndote «no pienso mirar», pronto estarías echando vistazos furtivos con la esquina del ojo. Esto reactivaría el modo-I y frustraría el propósito del ejercicio. 


6. Ya en posición girada, enfoca la mirada en alguna parte de tu mano y percibe un borde. Al mismo tiempo, coloca la punta del lápiz sobre el papel, procurando no estar demasiado cerca de los bordes del mismo. 
7. Muy lentamente, avanzando de milímetro en milímetro, recorre con la mirada el borde de su mano, observando cada minúscula variación u ondulación de la línea. Al mover el ojo mueva también el lápiz, con la misma lentitud, tratando de registrar las ligeras variaciones que la vista va encontrando en el borde. Tiene que convencerse de que la información procedente del objeto observado (su mano) es minuciosamente percibida por los ojos, y simultáneamente registrada por el lápiz, que registra todo lo que usted ve en cada momento.
8. No te vuelvas para mirar el papel. Observa tu mano y dibuja poco a poco los bordes que ves. Al mismo tiempo serás consciente de la relación de ese contorno con la complicada configuración de contornos que es la mano entera. Puedes entrar y salir de los contornos, pasar de uno a otro y volver otra vez al primero. No te preocupes por si el dibujo parecerá una mano. Probablemente no lo parecerá, porque no puede usted controlar las proporciones. Al reducir las percepciones a pequeños fragmentos cada vez, aprenderá a ver las cosas exactamente como son, tal como las ven los artistas. 
9. Procure que el movimiento del lápiz coincida exactamente con el movimiento del ojo. Quizás uno u otro trate de adelantarse, pero no permita que eso suceda. Tiene que registrar cada punto en el mismo instante en que lo ve. No se detenga: continúe a un ritmo lento y uniforme. Al principio, puede que te sientas incómodo; algunos estudiantes dicen que sufren repentinos dolores de cabeza o una sensación de pánico. Esto puede suceder cuando el hemisferio izquierdo se da cuenta de que el dibujo de contornos puros representa una amenaza para su dominancia, y que con una tarea tan lenta y minuciosa es posible que el hemisferio derecho tenga el control durante mucho tiempo. Ante esto, el hemisferio izquierdo se rebela y dice: «Paren ahora mismo esta tontería. No necesitamos mirar las cosas tan de cerca. Tengo ya un nombre para todo ello, incluso para las arrugas más pequeñas. Seamos razonables y dediquémonos a algo que no sea tan aburrido. De lo contrario, te daré un dolor de cabeza.» 
Ignora todas estas quejas. Persiste. Poco a poco, las protestas del hemisferio izquierdo se acallarán y tu mente quedará tranquila. Te encontrarás fascinado por la maravillosa complejidad de lo que ves, y sentirás que puedes penetrar más y más en esa complejidad. Déjate llevar. No tienes nada que temer. El dibujo será un bello registro de tus profundas percepciones. Y no nos importa si parece o no una mano. Lo que queríamos era registrar las percepciones. 
Después de acabar: Piensa en cómo te sentías al empezar el ejercicio, en comparación con cómo te sentía más adelante cuando estabas enfrascado en el dibujo. ¿Cómo era ese estado? ¿Perdiste la conciencia del tiempo? ¿Se enamoró de lo que veía? Si volviera a ese estado alternativo, ¿lo reconocería? 
En la mayoría de los estudiantes, el dibujo de contornos puros es el ejercicio que provoca la más profunda incursión en el estado subjetivo del modo-D. Al quedar aislado del dibujo -el estímulo visual que permitiría nombrar, simbolizar, clasificar-, obligado a concentrarse en lo que le parece demasiada información, el modo-I se desactiva, dejando la tarea para el modo-D. La lentitud del dibujo parece contribuir a ello. El dibujo de contornos puros es tan eficaz que muchos artistas tienen el hábito de hacer una corta sesión antes de empezar a dibujar otras cosas, con el fin de poner en marcha el proceso de desactivación del modo-I. 
Si no experimentaste un claro cambio al modo-D con este su primer dibujo, se paciente. Los hemisferios izquierdos de algunas personas son muy persistentes, o tal vez no se atreven a dejar el control en manos del derecho. Hay que tranquilizar al hemisferio izquierdo; hablar con él, decirle que no se le va a abandonar, que sólo queremos salir un momento. 
Gradualmente, descubrirás que el hemisferio izquierdo consiente el cambio. Sin embargo, no hay que permitirle al hemisferio verbal que ridiculice el dibujo de contornos realizado, echando a perder con sus críticas las ventajas adquiridas. No es eso lo que queremos por ahora. Llegará el momento de juntar todos los factores, y entonces dibujará usted mejor que nunca. 





Una vez realizada la experiencia repite el ejercicio pero esta vez observando la mano.
 Realiza un apunte de 30 minutos, no importa si queda incompleto.

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