ACTIVIDAD 07: CONTORNOS DE LA MANO
Materiales:
- Lápiz 2B
- Sacapuntas
- Goma
- Cinta adhesiva
- Cronómetro
Tiempo:
Sobre 20 minutos.
Una vez realizada la experiencia repite el ejercicio pero esta vez observando la mano.
Realiza un apunte de 30 minutos, no importa si queda incompleto.
- Lápiz 2B
- Sacapuntas
- Goma
- Cinta adhesiva
- Cronómetro
Tiempo:
Sobre 20 minutos.
1. Busca un lugar donde pueda estar solo y sin que te interrumpan durante unos veinte minutos, por lo menos.
2. Pon si quieres un despertador, para no tener que preocuparte por el tiempo transcurrido, una tarea del hemisferio izquierdo.
3.
Coloca un papel sobre la mesa y fíjalo con cinta adhesiva en una
posición que parezca cómoda. Esto es necesario para evitar que el papel
se mueva mientras dibuja.
4.
Vas a dibujar tu propia mano -la izquierda si dibujas con la derecha,
la derecha si eres zurdo-. Colócate de manera que la mano que sujeta el
lápiz esté lista para dibujar sobre el papel.
5.
Vuelve la cara en dirección contraria, mirando a la mano que tiene que
copiar. Apoye la mano en algún sitio, porque tendrás que mantener la
misma posición durante bastante tiempo. Vas a dibujar tu mano sin poder ver lo que estás dibujando (vea
la posición en la Figura). El mirar hacia otro lado es necesario por
dos razones: primero, para enfocar toda la atención en la información
visual, y segundo, para no dedicar ninguna atención al dibujo, lo cual
podría dar suelta a los viejos patrones simbólicos aprendidos en la
infancia acerca de «cómo dibujar manos». Sólo debe dibujar lo que ve (a
la manera espacial del modo-D) y no lo que sabe (a la manera simbólica
del modo-I). Volver la cabeza es necesario porque el impulso de mirar el
dibujo es casi irresistible al principio. Si dibujaras en la posición
normal, aún diciéndote «no pienso mirar», pronto estarías echando
vistazos furtivos con la esquina del ojo. Esto reactivaría el modo-I y
frustraría el propósito del ejercicio.
6. Ya en posición girada, enfoca la mirada en alguna parte de tu mano y percibe un borde. Al mismo tiempo, coloca la punta del lápiz sobre el papel, procurando no estar demasiado cerca de los bordes del mismo.
7.
Muy lentamente, avanzando de milímetro en milímetro, recorre con la
mirada el borde de su mano, observando cada minúscula variación u
ondulación de la línea. Al mover el ojo mueva también el lápiz, con la misma lentitud, tratando
de registrar las ligeras variaciones que la vista va encontrando en el
borde. Tiene que convencerse de que la información procedente del objeto
observado (su mano) es minuciosamente percibida por los ojos, y
simultáneamente registrada por el lápiz, que registra todo lo que usted ve en cada momento.
8.
No te vuelvas para mirar el papel. Observa tu mano y dibuja poco a poco
los bordes que ves. Al mismo tiempo serás consciente de la relación de
ese contorno con la complicada configuración de contornos que es la mano
entera. Puedes entrar y salir de los contornos, pasar de uno a otro y
volver otra vez al primero. No te preocupes por si el dibujo parecerá una mano. Probablemente no lo parecerá,
porque no puede usted controlar las proporciones. Al reducir las
percepciones a pequeños fragmentos cada vez, aprenderá a ver las cosas exactamente como son, tal como las ven los artistas.
9.
Procure que el movimiento del lápiz coincida exactamente con el
movimiento del ojo. Quizás uno u otro trate de adelantarse, pero no
permita que eso suceda. Tiene que registrar cada punto en el mismo
instante en que lo ve. No se detenga: continúe a un ritmo lento y
uniforme. Al principio, puede que te sientas incómodo; algunos
estudiantes dicen que sufren repentinos dolores de cabeza o una
sensación de pánico. Esto puede suceder cuando el hemisferio izquierdo
se da cuenta de que el dibujo de contornos puros representa una amenaza
para su dominancia, y que con una tarea tan lenta y minuciosa es posible
que el hemisferio derecho tenga el control durante mucho tiempo. Ante
esto, el hemisferio izquierdo se rebela y dice: «Paren ahora mismo esta
tontería. No necesitamos mirar las cosas tan de cerca. Tengo ya un
nombre para todo ello, incluso para las arrugas más pequeñas. Seamos
razonables y dediquémonos a algo que no sea tan aburrido. De lo
contrario, te daré un dolor de cabeza.»
Ignora
todas estas quejas. Persiste. Poco a poco, las protestas del hemisferio
izquierdo se acallarán y tu mente quedará tranquila. Te encontrarás
fascinado por la maravillosa complejidad de lo que ves, y sentirás que
puedes penetrar más y más en esa complejidad. Déjate llevar. No tienes
nada que temer. El dibujo será un bello registro de tus profundas
percepciones. Y no nos importa si parece o no una mano. Lo que queríamos era registrar las percepciones.
Después de acabar: Piensa
en cómo te sentías al empezar el ejercicio, en comparación con cómo te
sentía más adelante cuando estabas enfrascado en el dibujo. ¿Cómo era
ese estado? ¿Perdiste la conciencia del tiempo? ¿Se enamoró de lo que
veía? Si volviera a ese estado alternativo, ¿lo reconocería?
En
la mayoría de los estudiantes, el dibujo de contornos puros es el
ejercicio que provoca la más profunda incursión en el estado subjetivo
del modo-D. Al quedar aislado del dibujo -el estímulo visual que
permitiría nombrar, simbolizar, clasificar-, obligado a concentrarse en
lo que le parece demasiada información, el modo-I se desactiva, dejando
la tarea para el modo-D. La lentitud del dibujo parece contribuir a
ello. El dibujo de contornos puros es tan eficaz que muchos artistas
tienen el hábito de hacer una corta sesión antes de empezar a dibujar
otras cosas, con el fin de poner en marcha el proceso de desactivación
del modo-I.
Si
no experimentaste un claro cambio al modo-D con este su primer dibujo,
se paciente. Los hemisferios izquierdos de algunas personas son muy
persistentes, o tal vez no se atreven a dejar el control en manos del
derecho. Hay que tranquilizar al hemisferio izquierdo; hablar con él,
decirle que no se le va a abandonar, que sólo queremos salir un
momento.
Gradualmente,
descubrirás que el hemisferio izquierdo consiente el cambio. Sin
embargo, no hay que permitirle al hemisferio verbal que ridiculice el
dibujo de contornos realizado, echando a perder con sus críticas las
ventajas adquiridas. No es eso lo que queremos por ahora. Llegará el
momento de juntar todos los factores, y entonces dibujará usted mejor
que nunca.
Realiza un apunte de 30 minutos, no importa si queda incompleto.
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